
Dime, por favor, que de aquella diminuta semilla que dejaste marinando entre los pétalos de mi rosa nacerá una Princesa vestida de encajes y alas de libélula.
Dime, por favor, que entraré en un bosque y que en él podré perderme, refugiarme, esconderme, cruzarme con enanos, príncipes andantes, duendes, sapos, brujas y unicornios.
Dime que en esta búsqueda del jardín secreto del mundo hallaré mi escenario y sus siete maravillas, un roble azul con aroma a menta fresca y hojas de cristal.
Dime, por favor, que está llegando... que es tuyo este dulce silencio que se desliza con destreza como si una corriente de aire lo arrastrase sin rumbo por el bosque prohíbido de mi alma.