domingo, 21 de diciembre de 2008

Solo




Solo,
con mi esqueleto,

mi sombra,

mis arterias,

como un sapo en su cueva,

asomado al verano,

entre miles de insectos que saltan,

retroceden,

se atropellan,

fallecen;

en una delirante actividad sin rumbo,

inútil,

arbitraria,

febril,

idéntica a la fiebre que sufren las ciudades.

Solo,

con la ventana abierta a las estrellas,

entre árboles y muebles que ignoran mi existencia,

sin deseos de irme,

ni ganas de quedarme a vivir otras noches,
aquí,

o en otra parte,

con el mismo esqueleto,

y las mismas arterias,

como un sapo en su cueva circundado de insectos.



Oliverio Girondo

3 comentarios:

€_r_i_K dijo...

Me recordaste una canción de los ochenta de Barón Rojo, "Son como hormigas".....
Así se sienten muchos en grandes ciudades.....

Un Beso Laura...

Laura dijo...

Erik: Acabo de oir tu canción recordada y con ella completo esta sensación de domingo antisocial... ;)

Otro beso,

Sol dijo...

Un genio!